Cuatro culturas, cuatro lenguas, un futuro
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La disciplina positiva ya se aplica en las aulas del Collège français de Reus, donde la atención personalizada y el respeto de los ritmos de cada niño son las bases del proyecto educativo.
Como un cimiento sobre el que construir una bonita casa. Así es la disciplina positiva en la educación. El personal del Collège français international de Reus se forma estos días para aplicar en las aulas los principios de esta materia. Respetar al niño, escucharle, y ayudarle a desarrollarse como persona son sólo algunos objetivos que propone esta teoría desarrollada por Jane Nelsen y Lynn Lott.
A partir de estas pautas y muchas otras, se erige ese gran edificio fuerte y firme que es el aprendizaje. Elodie Misrahi, profesora documentalista en este centro educativo, asegura que la finalidad de aplicar la disciplina positiva en el aula es “aportar a los niños y niñas bienestar, para poder crecer como personas”.
Pero, ¿en qué consiste? Gracias a las pautas que Angélica Joya Entralgo, especialista en disciplina positiva, varios docentes y personal del Collège están descubriendo cómo trabajar sobre las emociones, con lecturas, debates, tiempos para hablar y escuchar. Así, consiguen reforzar algunos valores como “el valor del esfuerzo, del error, intentar de nuevo para aprender, de aprender a aprender, en fin, de crecer”,apunta Elodie.
Pero todo ello, añade esta profesora, es importante aplicarlo sin olvidar “una reflexión sobre nuestro trabajo y nuestros alumnos, para poder avanzar juntos, con estructura, firmeza, y respeto. Además, intentamos darles responsabilidades e involucrarles en sus aprendizajes”.
En equipo con las familias.
Toda esta labor de mejora que se está haciendo desde el personal del centro no sería posible sin la colaboración cercana de las familias. “Los niños que llegan a la escuela son personas que tienen otros referentes. Por eso es muy importante trabajar juntos, compartir métodos, herramientas para acompañar a los alumnos a ser mas autónomos en todos los sentidos. La idea es mejorar cada día, poniendo límites muy claros, y ayudar a los niños a desarrollarse en ese marco”, explica Elodie.
La formación en disciplina positiva por varios miembros del personal del colegio ayuda a llevar una educación coherente a los alumnos en todos los espacios del centro educativo. De hecho, los principios básicos de esta materia que se está ya aplicando en el Collège, se corresponden con su proyecto educativo, basado en el desarrollo de la autonomía de los niños y niñas, de su bienestar, su espíritu crítico y todo ello respetando siempre el ritmo de aprendizaje de cada uno de ellos. Además de esta formación, el centro también está avanzando en un proyecto de neurociencias aplicadas a la educación, junto a la experta Pascal Toscani.